Editorial

EL EJEMPLO ES LO QUE MÁS ENSEÑA. El buen ejemplo nos da positivas enseñanzas. El mal ejemplo es semilla del mal. Y cuando el mal ejemplo viene de los dirigentes, es el inicio de la destrucción de la sociedad. 

Es moda entre gobernantes, políticos y dignatarios, conversar entre sí y públicamente a través de las redes sociales, especialmente en Twitter, con trinos directos acusatorios que rayan con el bajo mundo.

Lamentable para el país ver las expresiones a las que han llegado,  vía Twitter, un expresidente, su abogado particular, un alcalde en ejercicio –con su primera dama– y algunos exconcejales, pues, desde los perfiles personales de cada uno de estos dignatarios, se dan afirmaciones que deberían corresponder a denuncias formales, puestas ya sea ante la Fiscalía o los organismos de control competentes. Un expresidente diciéndole “ladrón” a un alcalde distrital en ejercicio y un alcalde distrital en ejercicio diciéndole “asesino” a un notable expresidente de la República, no puede ser un espectáculo de circo para los colombianos ni es aceptable la indiferencia de la Fiscalía.

Los organismos de control no deberían continuar pasando de agache ante ese tipo de tratos públicos entre dignatarios, pues, si con estos trinos están diciendo la verdad, significaría que estamos en manos de dos bandidos y, si son mentiras, indicaría que quienes nos han estado manejando son un par de patanes y blasfemos.

Los dignatarios son ejemplo y fuentes contundentes que orientan la opinión. Ni imaginar la guerra y el descontrol público que se generaría si todos los colombianos, se dedicaran a la tarea de injuriar y calumniar públicamente a quien le venga en gana. Si la Fiscalía y demás organismos de control del país no le salen al paso para controlar, validar, investigar y tomar cartas en el asunto ante este tipo de trinos acusatorios, debería intervenir, por lo menos, el Ministerio de Educación, entre tanto, con las viejas y elementales normas de urbanidad y respeto, para evitar tratos tan bajos, irreverentes, desafiantes e irrespetuosos que se están dando entre las mismas autoridades que gobiernan y continúan manejando o incidiendo en los destinos del país y de nuestras grandes ciudades.

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