EDITORIAL

De los 17 candidatos analizados, ninguno está formalmente inscrito como candidato. Las inscripciones se abrieron después de que hicieron las preguntas.

Entre 17, sólo dos tienen asegurados su participación en la primera vuelta: Rodolfo Hernández y Luis Pérez. Los otros quince están pendientes de una consulta que, después de esta, solo tres irán a primera vuelta. A los otros doce les tocará ayudarles a hacer la campaña a los tres que pasen, a partir del 14 de marzo.

El único independiente que asiste a los debates públicos es Rodolfo Hernández. Lo único que dice es lo que todos los colombianos sabemos. Inventó el agua tibia: “que en Colombia hay mucha corrupción”. Sin propuestas de solución, decir eso es como decir nada. Ni sirve para nada.

Sin propuestas de ninguno, así, los debates no están sirviendo si no para que los colombianos midamos el grado de altanería, beligerancia e indecencia de todos los que allí debutan como tal.

Como círculo vicioso, lo anterior puede ser la causa de no conocerse propuestas de ninguno. Y es la causa también, de pelear e insultarse sólo por pelear y por insultarse los unos contra todos y los todos contra los unos. Hay entre ellos, candidatos que nadie los imaginaba peleando ni insultando ni ofendiendo a la humanidad y ahí los vemos como con experiencia reprimida. Gracias a la libertad de expresión, ese ambiente en Colombia parece dar para pelear, insultar, desafiar y deshonrar, sin que pase nada. Sirve también para que aquel que nada tenga para ofrecerle al país, programe su peleíta, de manera que no pase desapercibido en los debates y mantenga su humilde dígito en las encuestas, que al ver en ellas, que el primer puesto se lo sigue llevando el voto en blanco y los que no saben no responden, no justifica seguir viendo qué pasa a la derecha. A la derecha del gráfico de barritas…  

 

EL VISIONARIO

Luis Pérez – Presidente