Por LUIS ALFONSO PÉREZ PUERTA

 Έχω δίκιο ή δεν έχω?

(Pronunciación: Écho̱ díkio í̱ den écho̱?”)

Traducción: ¿Tengo razón o no?”

El joven de “blue jean” y camiseta blanca salia a caminar, como todos los días, con su mascota, un perro beagle tricolor. Era una caminada de casi una hora por las calles y avenidas de su barrio. La última vez que lo hizo, su mente estaba invadida por las voces que le dirigían su existencia desde hace unos años. Esa mañana se multiplicó el bombardeo de  imágenes y sonidos. El perro siempre iba adelante llevando al muchacho que caminaba cabizbajo. El beagle empezó a ladrar de una forma agresiva que su amo no podía controlar.

– ¡Eros, basta, deja de ladrar! -le gritaba el muchacho, pero Eros no obedecía. El indigente llevaba un costal lleno de chucherías. El daba un discurso entre latín y griego; idiomas conocidos por el joven. En ese contexto se captó muy claro su nombre:

Cunos omnes esse insanos recordemur, mysteria evanescunt et vita explicata stat. Έχω δίκιο ή δεν έχω; Écho̱ díkio í̱ den écho̱? Deux, Claudio Levi… (*)

Era el nombre de nuestro héroe: Claudio Levi, estudiante de teología, filosofía y lenguas antiguas. El indigente seguía vociferando como un profeta con la intención de mostrar quien mandaba en este lugar. Eros se lanzó contra él, o tal vez Claudio, sobresaltado, lo soltó, no se sabe a ciencia cierta que pasó. El perro se abalanzó sobre ese indigente y luego se fue corriendo esquivando los automotores. Claudio despegó un aullido largo hasta que él se desvaneció.

Despertó en una cama de un hospital. Un enfermero lo atendía. Claudio le daba la espalda, solo miraba la pared blanca.

-¿Que sabe de Eros? -Claudio preguntó con la mirada fija contra la pared.

-Tu perro hace años murió… -le respondió el enfermero.

-¿Hace años? No puede ser…. Yo salí a caminar esta mañana…. Ese hombre… Ellos venían por mí, Eros me defendió…

-Calma. No fue esta mañana, hace quince días estás aquí. ¡Toma la pastilla, Claudio!

-No… Me hace dormir, me duele la cabeza…

-La píldora te calma, y no te hará dormir rápidamente….

-Entonces, Eros salió corriendo…. O sea, fue atropellado…

-No fue así. Murió de viejo en tus brazos, Claudio… ¡Vamos, tómate la pastilla!….

-No, déjeme, por favor…

-¿No prefieres los golpes eléctricos?

-Vienen de otra dimensión, ellos representan el nuevo orden mundial…

-Esos choques eléctricos no son recomendables… -repitió el enfermero.

-…   -silencio de Claudio.

-…   -respuesta del enfermero.

-¡Esclavizarán a la raza humana! -Claudio dijo.

-¿Prefieres los Shock eléctricos? -Preguntó el enfermero. 

-La raza humana enferma, en podredumbre… ¡Ellos nos salvarán! -respondió Claudio.

-Calmate, Claudio, recibe tu medicina. Ella te aliviará.

-Cierto es… ¡Los Hermanos Mayores nos salvarán! -Claudio concluyó.

Claudio, sin dejar de mirar su punto, recibió la píldora y se la introdujo en la boca; se incorporó unos centímetros para beber un sorbo de agua y se dejó caer boca arriba con el brazo derecho en un Angulo y lo dejó caer sobre la frente y nariz, quedando cubierto y en semi oscuridad.

-Ellos… ¡No es lo que parece ser!… Ellos son… ¡Seres Impersonales! -dijo Claudio.

-¡Nos salvarán! –Replicó el enfermero-. Ahora, puedes mirarme. Los Hermanos Mayores y Eros regresarán por los elegidos. ¡Claudio Levi, mírame, soy un simple enfermero cuidándote en este hospital!

El joven levantó su brazo y lo dejó caer al costado. La mirada hacia el techo. Gradualmente, fue entrando al marco de su visión el rostro del enfermero. La mirada de Claudio se quedó fija; no se sabe si con asombro o inexpresiva. ¡Era el rostro del indigente!

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(‘) En latín. “Cuando recordamos que todos somos locos, los misterios desaparecen y la vida está explicada.”

En griego: “¿Tengo razón o no?”

1 Comentario

  1. Muy interesante la meditación me ha hecho reflexionar sobre lo que poseemos esta magna publicación, muchos saludos amigo del ciber espacio, espero leerte de nuevo algún día

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