Félix Alfázar González Mira

A veces uno cree que los procesos en el sector público avanzan con la celeridad que demanda la solución de los problemas de las comunidades y se encuentra con la realidad que aquellos se van transformado hacia la búsqueda de soluciones más imaginativas, retadoras y en consonancia con los tiempos que corren. Eso acontece con los Residuos Sólidos Municipales (basuras) no solamente en Occidente y Urabá sino en todo el departamento y la vasta geografía nacional.

Hace muchos años eran botaderos a cielo abierto, como el emblemático de Medellín en Moravia, que siguen existiendo en muchos centros poblados. Luego eran rellenos sanitarios, como la emblemática Curva de Rodas, que siguen existiendo en ciudades y municipios. Posteriormente hacia rellenos de más capacidad de depósito y mejor manejo de clasificación de residuos como La Pradera.

En Occidente y Urabá existen las tres categorías y en algunas municipalidades con el agravante que transportan sus residuos hasta el extremo norte del Valle de Aburra con todo lo que arrastra en materia de costos.

Este año el Encuentro de Dirigentes de Occidente, Corantioquia, la SAI (Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos) y catorce Municipios  firmaron un “acuerdo de voluntades” con el propósito de avanzar hacia otro estadio de desarrollo en esta materia que permita solucionar definitivamente este problema y genere ingreso, empleo y riqueza en la región. Recordemos la transformación vial, geoeconómica, social y ambiental que está aconteciendo.

Le aprendí a Guillermo Gaviria Correa que en el ejercicio del gobierno el tiempo, que es tan relativo para toda actividad humana, se absolutiza en el ejercicio inexorable del gobierno, de la responsabilidad pública.

Pues bien, la SAI con el doctor Juan Gómez Martínez como el mayor interesado, espera proponer  Ecoparques o Parques Tecnológico de Residuos Sólidos Municipales que permitan el establecimiento de tres plantas para separación y clasificación de materiales la una, para tratamiento de residuos orgánicos hacia la producción de biogás la otra, y para la incineración de residuos inorgánicos no reciclables la tercera que nos permitieran producir energía eléctrica y térmica en su conjunto. Y bien importante y pertinente, la producción de biofertilizantes para enfrentar el alza desmesurada de los abonos químicos que en su inmensa mayoría son importados.

En las islas de San Andrés y Providencia hay una experiencia inconclusa que puede dar idea de su utilidad y pertinencia con las plantas de separación y clasificación y la de incineración.

En España está sobradamente demostrado que el sistema funciona como en Galicia donde 26 Ayuntamientos (municipios) están generando mayor riqueza, bienestar para sus habitantes y la naturaleza, el medio ambiente o cómo se les quiera llamar, está feliz porque simplemente se vuelve al principio elemental de la naturaleza : ” nada se crea , nada se destruye , solamente se transforma”.

Aprendámosle a Guillermo Gaviria Correa a caminar pronto para encauzar ésta iniciativa aportando los recursos económicos necesarios para abordar el estudio que nos indique la ruta.  Con la coordinación del Encuentro de Dirigentes de Occidente GGC y la concurrencia de Corantioquia, los municipios y la gobernación  es perfectamente posible el aporte necesario para abordar este asunto. Tienen pues, estos actores, en sus manos que el tiempo no se vuelva absoluto y que la transformación que sucede en la región no desborde la solución a sus concomitantes problemas.