El obsoleto modelo neoliberal aboga por la visión del país desde una óptica económica y deshumanizada, y desde el pensamiento único.

Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

Los retos frente a la globalización surgen de un movimiento cargado de esperanza que reivindica la búsqueda de alternativas con respecto a la “Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano”, y defiende que otro modelo educativo es posible y se puede y debe construir desde esta nueva visión de educación en Colombia.  La Colombia del futuro que en definitiva responde a otras formas de ver la realidad del país que ya no puede seguir midiéndose con los parámetros del ayer.  Los modelos educativos tradicionales, academicistas, verticalistas, resultan por ello inapropiados y obsoletos.  Es necesaria la formulación de un modelo educativo alternativo que, entre otras cosas:

  • Parta de las personas y dé espacio y representación a todas y cada una de las voces del pueblo y sus diferencias, desde el pleno respeto. Ha de ser, además, un modelo educativo integral, que se plantee el desarrollo de habilidades, competencias, capacidades, emociones, elaboraciones intelectuales, aspectos  espirituales, intuiciones  y sueños; desde el ser-individual- hasta el ser -social-, en lo privado y en lo público. 
  • Aborde la complejidad de la realidad: que supere la simplicidad y el maniqueísmo, desde la interdisciplinariedad.
  • Se adapte a la realidad cambiante: un modelo educativo que pueda recontextualizarse a partir de interrogarse sobre la vigencia de su propuesta respecto a la realidad laboral, económica, cultural, social y educativa en la que se ubica, y de los sujetos a los que se dirige. Hecho que va a exigir autocuestionarse y dejarse cuestionar en la visión futura de país.
  • Pase “de la proclama a la demanda”: que no solo anuncie, sino que haga; que no solo critique la realidad, sino que proponga y realice los cambios que demanda el mundo laboral. Eso va a demandar abandonar el “fatalismo” y a asumir “la esperanza” y “el compromiso” del sistema educativo colombiano para solucionar el problema del desempleo y la crisis económica del pueblo colombiano.  Compromiso político para alcanzar “la utopía”; compromiso social, en la construcción del sujeto individual y colectivo al servicio de la sociedad.
  • Supere la relación hegemónica, para construir una nueva relación de poder e incluso un nuevo concepto de éste. Eso exige superar el “academicismo”, la “clase expositiva”, el “tallerismo” sin reflexión; aceptar la creatividad, el cuestionamiento y convertir el acto educativo de Educar para el Trabajo y el Desarrollo Humano en un reto para el educador-a- del siglo XXI y.
  • Plantee la continua búsqueda y proposición de una metodología que responda a la realidad de cada sujeto y que acerque la coherencia de lo dicho con lo hecho.

El reto es grande, pero ya existen experiencias de instituciones educativas de excelente calidad en esta nueva visión de la educación que reclama el pueblo.  La interpelación a un pensamiento crítico, al respeto de la diferencia y a la aceptación de la diversidad, a la paz en el conflicto y éste como oportunidad, son algunos de los aportes que invitan a esa mirada crítica y donde tanto la educación profesional como la Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano tienen mucho que ofrecer, hoy, a la ciudad de Medellín, el departamento de Antioquia y el País.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                               Medellín, agosto 26 de 2022