Bogotá, 19 dic (EFE).- Con un enfoque especial en las regiones más vulnerables de Colombia donde la brecha tecnológica es amplia y evidente, la Fundación Telefónica Movistar reinventó sus programas a raíz de la pandemia del coronavirus para seguir fortaleciendo los procesos de enseñanza y aprendizaje en las instituciones educativas del país.

Mientras la emergencia sanitaria supuso nuevos retos en zonas con notables rezagos tecnológicos, la Fundación duplicó en 2020 el número de personas formadas a través de sus programas educativos, de empleabilidad y de emprendimiento.

“Sabíamos que venía para el país un momento crítico en el cual muchas personas que no tenían ese dominio sobre las herramientas tecnológicas iban a tener que acercarse a ellas y aprenderlas a manejar, con lo cual lo que hicimos fue readecuar nuestros productos de formación”, dijo a Efe la directora de la Fundación, Mónica Hernández, sobre los cambios del modelo mixto (virtual y presencial) que desarrollan.

LLEGAR DONDE NADIE LLEGA

Para que esa transformación fuera efectiva la Fundación mantuvo su figura de acompañamiento a estudiantes, docentes, padres y cuidadores a través de herramientas innovadoras con las que logró pasar de 830.000 beneficiarios en 2019 a casi 1.750.000 personas formadas al cierre de 2020.

El hecho de que los territorios cuenten hoy con más conectividad e infraestructura digital facilitó la labor en poblaciones que anteriormente no tenían ni siquiera acceso a dispositivos tecnológicos, explicó Hernández.

Pese a los retos que impuso la pandemia, la Fundación impulsó más de 40 cursos de formación y puso en marcha el Oráculo Matemático, una aplicación desarrollada junto al Ministerio de Educación para que niños de quinto a noveno grado puedan aprender matemáticas a través del juego.

“Lo que nosotros hacemos es que se integren todas las herramientas tecnológicas al proceso educativo, que utilicemos robótica dentro del aula, realidad aumentada, realidad virtual, programación, videojuegos para que los niños se vayan adaptando desde muy pequeños a la tecnología”, agregó.

También se apalancaron cursos para facilitar que pequeños y medianos emprendimientos tengan herramientas para fortalecer su digitalización, así como módulos específicos para sectores de la economía que requieren un salto adicional para empezar a incorporar desarrollos tecnológicos.

“Llegamos a duplicar el número de personas que tomaron cursos con un ingrediente adicional y es que la tasa de terminación de estos cursos es mucho más alta que la tasa promedio, justamente por la figura de acompañamiento que nosotros hemos implementado”, dijo Hernández.

Debido a la emergencia sanitaria y a la ola invernal que dejó damnificadas a miles de familias en regiones como San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la Fundación lideró además campañas de donación de las que se beneficiaron 78.000 personas en 25 municipios del país con kits de comida y bioseguridad.

UNA OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE

La pandemia develó nuevos desafíos sobre educación virtual, pues en palabras de Hernández “la política pública en términos de tecnología en el país todavía es muy pobre” debido a que los esfuerzos se concentran en “dos de tres variantes claves que tiene la educación digital: la conectividad y la entrega de dispositivos”.

“La educación digital no es solamente tener conectividad en el 100 % del país y no es solamente que todos los niños del país tengan una tableta en sus manos para poder acceder a la educación. Resulta que los docentes también tienen que tener un entendimiento muy profundo de esas competencias digitales para poder guiar a los niños”, explicó.

Para atender esas necesidades la Fundación se dedicó a asesorar a estudiantes, docentes y padres de familia en conocimientos macros como análisis de datos, pero también en elementos más básicos dirigidos especialmente a personas que no estaban familiarizadas con herramientas como las videollamadas.

“Para nosotros fue un motivo de mucha alegría ver que el país finalmente estaba viendo la necesidad real de que exista una política seria, a largo plazo, alrededor de la tecnología y la incorporación de esos elementos en la educación”, agregó Hernández.

A través de proyectos de empleabilidad, programas de arte y cultura, encuentros entre docentes y cursos académicos, la Fundación Telefónica Movistar ha beneficiado a 54.820 docentes, 1.276.071 estudiantes, 21.462 padres de familia y 86.648 jóvenes y adultos.

“El 2021 viene con unos retos muy interesantes porque además viene con la incertidumbre de cómo se van a desarrollar muchas cosas, no solo en educación. La virtualidad sigue siendo una punta de lanza y vamos a seguir avanzando por lo menos durante el primer trimestre a través de la implementación de los proyectos de la forma en la que la veníamos haciendo este año”, señaló Hernández. EFE

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