FRANÇOIS DE LA ROCHEFOUCAULD. París 15 de septiembre de 1613. 17 de marzo de 1680. Recopiló en su libro Máximas.  más de 600 reflexiones, sentencias morales y  aforismos.

La imperiosa necesidad de subsistir,  no debe obligar a un hombre a renunciar a su dignidad..

Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.

A veces creemos odiar la adulación y lo que se odia es la manera de adular.

Casi todo el mundo paga gustoso los favores pequeños; muchos agradecen los medianos; pero es raro que no se corresponda a los grandes favores con la ingratitud.

Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos sitúa por debajo de aquellos a quienes odiamos.

La verdadera prueba de que se ha nacido con grandes cualidades, estriba en haber nacido sin envidia.

Todo el mundo se queja de no tener memoria, pero  nadie se queja de no tener criterio.

La mayoría de la gente no juzga a sus semejantes sino por su buena o mala fama o por su buena o mala fortuna.

Un amigo verdadero es el más grande de todos los bienes y el que menos nos cuidamos de adquirir.

La verdadera elocuencia consiste en no decir más de lo que es preciso.

No solemos considerar como personas de buen sentido, sino a los que solo participan de nuestras opiniones.

Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros.

Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.

Cómo pretendes que otro guarde tu secreto si tú mismo, al confiárselo, no lo has sabido guardar.